martes, 8 de septiembre de 2015

GENARO RUIZ

  En la historia del General Juan Bautista Sierraalta Tinoco, se menciona a Genaro Ruiz, ya que como hijo, lo acompañaba siempre en todas sus ocupaciones. Es por ello que muchas anécdotas o episodios de la vida de Papa Juan, son contadas por Genaro, como testigo fiel del acontecimiento.
  Tengo el placer de conocer desde hace mucho tiempo a Genaro Antonio Ruiz Primero, nieto del General; ya que es propietario de la Farmacia Los Llanos, situada en el Boulevar del Cafetal en Caracas y a pocos metros en donde yo tenia el Consultorio Dental. De esto hace mas de 40 años.
  Recientemente hemos tenido contacto y se mostró muy interesado en compartir los cuentos que su papá narraba. Es por ello que deseo compartir  con todos, lo que me envía por correo electronico.

  6 de Septiembre de 2015
  Buenos días Jesús Antonio. 
  Me llega tu escrito por vía de un sobrino, dada la coincidencia de que hoy cumplo años al igual que el abuelo, ese recio guayacán paraguanero quien según comentario del General Gregorio Segundo Riera, demostró el arrojo y valentía en cada batalla.
 Para ampliarte un poco más mi ubicación, tal vez te acuerdes que todavía estamos en la Farmacia Los Llanos en El Cafetal.
 Creo que eres el único con ese gran interés en la trayectoria del abuelo. Yo todavía guardo en la memoria, parte de su vida y su desenvolvimiento en Camoruco, Guenevara y en la guerra, por parte de mi papá Genaro Ruiz el que tu nombras y que a su vez lo acompañó en toda esa Campaña Guerrerista contra Cipriano Castro y su compadre Juan Vicente Gomez.
 Esta Campaña, te puedo decir, empezó con el desembarco en las playas de Los Taques y termina en la Victoria - Edo. Aragua. 
  Son muchas las anécdotas de nuestro " Papá Juan" . Te puedo narrar una: cuando la toma de Coro por el Ejército Libertador, al mando del General Riera, ya el abuelo era el Tercer Jefe del Estado Mayor. Narra Genaro Ruiz, quien era Primer Ayudante del General Sierraalta , que a eso de las 7 p.m., viene en busca de él y de repente, en medio de la balacera ve a un hombre con su capote y  encorvado sobre una mula, atravesando de la Iglesia San  Nicolás a lo que fue el Hospital Antonio Smith, enseguida lo reconoce y la expresión de mi papá fue: " A vaina cojieron al viejo ", cuando llega hasta él, el abuelo le habla con su recio carácter de mando y le dice: - Carajo deme esa mula acá, que ella por el miedo a las balas me hizo a acalambrar la pierna y acompañeme. La mayor sorpresa de mi papá es que regresaron al sitio donde estaba instalado el Alto Mando, o sea en la misma Iglesia y bajo la misma balacera. El motivo de la movilización del abuelo fue porque había un cañon que estaba causando estragos a la Fuerzas Libertadoras,  no esperó a delegar en nadie y fue directamente a dar la orden de neutralizar el nombrado cañon.

  7 de Septiembre 2015
  Otra anécdota:
  Para la época, recién terminada la guerra y todavía no se había asilado el abuelo, cosa que hizo en las islas de Aruba y Curazao. Casi todos los Generales que habían participado en la Revolución Libertadora estaban muy vigilados por el gobierno. 
  Se dio el caso que en Pueblo Nuevo hubo como especie de una revuelta con vivas al General Gregorio Segundo Riera y la Revolución Libertadora, enseguida le dieron al abuelo la autoría intelectual del hecho.
 Cuenta papá que estaba acostado en  un chinchorro en un corredor de la casa y siente que a eso de las 4 y 30 de la mañana, tocan la puerta de la casa y mira que es el propio abuelo que abre la puerta y recibe al Jefe Civil de Pueblo Nuevo, quien le dice: General vengo hacerlo preso por órdenes del Presidente del Estado, por los hechos suscitados ayer en el pueblo, a lo que el abuelo todavía en calzoncillos le contesta comonó, pase adelante y sientese y mientras me visto, van hacer café para que tome. El Jefe Civil y cuatro hombres que traía, se sientan y todavía le dicen al abuelo: General vine a esta hora porque sabia que lo iba a encontrar y no se me iba a ir. Palabras que no se hicieron eco, porque narra papá que en calzoncillos voló la pared del patio trasero y cojio el monte. El Jefe Civil al notar la tardanza, al buscarlo y no encontrarlo expresó: carajo eso me pasa por pendejo y confiar en un zorro viejo como el General. Má s tarde cuenta papá que salio a buscarlo, llevándole la ropa y café porque ya sabia donde encontrarlo y en efecto lo encuentra en la cueva donde solía esconderse cuando era buscado, dice papá, que estaba con las manos entre las piernas con frío  y lo tocó por la espalda a lo que el abuelo sorprendido salta del susto y lo que papá creyó una broma se convirtió en sendo regaño. " No me vuelva a echar esa vaina carajo"' Y mas tarde le preguntó: Se fue el hombre?. ( Esa cueva tuve la oportunidad de conocerla, queda en la parte montañosa al lado de la quebrada en Camoruco y caben varias personas paradas dentro de ella.)
Un abrazo
Genaro Ruiz P. 

Buenos días Jesús Antonio. 
  Releyendo tus notas,  te narro la versión de papá con respecto a los hechos donde sale herido el abuelo. 
  Todo comienza en unos de los conucos de Camoruco, específicamente el conuco " barba e' palo" donde discutían el tío Antonio con varios de los apellidos Hermoso de San José de Cocodite, por un ganado que había atravesado la cerca hacia los conucos de camoruco. El abuelo venia a caballo recorriendo los potreros y llega al lugar de la discusión, le pregunta a su hijo Antonio que sucede y simultáneamente se baja del caballo y es cuando el agresor le propina un machetazo entre la cabeza y la frente, del impacto recibido queda apoyado entre el caballo y de una buena vez desenfunda su revólver y le dispara.
  El tío Antonio lo monta en el caballo con la ayuda de dos peones que estaban con él y lo lleva a la casa de Camoruco, le hacen unas curas porque sangraba demasiado. Seguidamente recibió a todos dentro de la casa, se sentó en una silla frente a una ventana con un máuser y un mapire de balas (asi le decia papá), a esperar a la gente que efectivamente venían bajando de los lados de San José (eran los hermanos y primos del muerto).
  Narra papá que al abuelo había que sostenerlo por la espalda para mantenerlo erguido en la silla y era un peón porque no permitió que ninguno de los hijos lo hiciera por temor a que salieran heridos.
  El incidente llega hasta ahí, porque pasó por la casa un amigo de la familia que iba precisamente a San José y cuando prosigue el viaje se encuentra con los familiares del muerto que venían armados hacia Camoruco. El le dice que si están locos, porque el Sr. Sierraalta está rodeado por un piquete de hombres y los está esperando; estos últimos optan por regresarse. Posterior a esto, al abuelo lo empiezan a curar y me decía papá, que hasta tela de araña le echaron en la herida y le produce una severa infección que tuvieron que llevárselo en hamaca a la ciudad de Coro. 
  Fueron muchos los comentarios para la época, hasta se decía que cuando el abuelo es herido, es el tío Antonio quien dispara al agresor. Papá siempre desmintió esa versión y asegura que fue su  papá que apoyado en el caballo, desenfunda y dispara sin titubeo alguno.
Genaro Ruiz P. 
genaroruizp25@gmail.com



Buen día Jesús Antonio. 
 Hay otro relato del abuelo, que me parece interesante. 
Cito: Me contó papá que antes de cada batalla se nombraba como especie de un Comandante,  con autonomía total en lo que respecta a logística y diría yo seguridad. No recuerdo en este momento cual fue la batalla, después te diré. Lo cierto es que antes de comenzar esta batalla estaba el General Riera, montado en su mula observando por medio de unos binoculares, la posición de las fuerzas enemigas. Para esta batalla el Comandante General de dicha batalla era el General Juan Sierraalta Tinoco.
  Sucede que el General Riera, en su observación, le soltó la rienda a la mula y ella distraída caminaba sin rumbo fijo. El  General Sierraalta se da cuenta e inmediatamente le dice, con voz de mando:(Esto también lo escuchó papá) " General, recoja la rienda a la mula y ocupe su posición, porque si usted cae, se pierde todo esto", seguidamente el General Riera sin contesta alguna y en silencio volvió a su puesto de mando.
  Cuenta papá que alcanzó a escuchar palabras del General Peñaloza  al respecto: Este General Sierraalta tiene cojones, yo no me atrevo hablarle así al General Riera.
Saludos
Genaro A. Ruiz P.