domingo, 19 de junio de 2011

General Juan Bautista Sierraalta Tinoco

PAPA JUAN
 
Así llamaban sus nietos al General Juan Bautista Sierraalta Tinoco, hijo de Carlos Sierraalta Romero y Domitila Tinoco; hermano de Pedro José, Carlos, Leonor, Domitila Eucaris y Blanca Rosa. Se casó con Otilia Tellería Urbina, quien era hija de Esteban Tellería y Carmela Urbina Chirinos.
         De su matrimonio con Otilia nacieron Aníbal, Antonio, Esteban, Carlos, Pedro Benjamín (Tío Mincho), Domitila y Asdrúbal. Antes de su matrimonio Papá Juan tuvo a dos varones: Genaro Ruiz y Alejandro Sierraalta.
         Cuentan que el General era un hombre de temple y sin miedo, con don de mando y de carácter recio; pero sin embargo era familiar y cuidaba de su familia por sobre todas las cosas.
Narra Leon Kock (1943), que Papá Juan se inicia como Capitán en 1874 e inmediatamente pasa a ocupar posiciones relevantes cuando el General Juan Colina se levanta en armas contra Guzmán Blanco. Luego combate al lado del General Gregorio Segundo Riera, por la Revolución Legalista en la Batalla de Barro Blanco, en donde derrota a Diego Colina. Al término de la Revolución Legalista se desempeña como Comandante del Resguardo de La Vela y luego es designado Comandante de Armas cuando el General Gregorio Segundo Riera era Presidente del Estado Falcón.
         Existen muchas anécdotas de Papá Juan; una de ellas se refiere a la cicatriz que mostraba en su cabeza, producto de una celada cerca de Pueblo Nuevo, en donde recibe un machetazo que casi lo mata. Cuenta su nieto Jesús Antonio, que venía desde Pueblo Nuevo hacia San Antonio en compañía de  su hijo Antonio y otros peones. En un recodo del camino lo emboscan y allí recibe la herida, reaccionan y un agresor fallece. Al llegar a la casa y curar la herida reciben la noticia que los agresores vienen hacia San Antonio para vengar la muerte de uno de ellos. El mismo General prepara a los hombres para repeler la embestida y se pone al frente con un fusil listo para disparar. Cuentan que Doña Otilia estaba en una ventana preparada también con una escopeta.
         La narración de este episodio termina cuando los atacantes, al conocer que el General no había muerto  y estaba en pie de guerra optan por retirarse.
         La herida recibida se infectó y tardó mucho en sanar, por ello dejó esa cicatriz que fue símbolo de las virtudes de valentía  y coraje que lo acompañaron durante su vida.
         Recientemente visité su tumba, localizada en la esquina delantera izquierda del Cementerio viejo de Pueblo Nuevo y en su lápida reza la inscripción:
GENERAL
JUAN SIERRAALTA TINOCO
*  6-9 -1850
+ 29-6-1932
RECUERDO DE SUS HIJOS

         El cementerio viejo de Pueblo Nuevo presenta un aspecto dantesco, por decir lo menos. El monte lo ha invadido, solo existen unas estrechas veredas por donde pasar, los nichos están destruidos y muchas tumbas profanadas y saqueadas; quien visita este lugar en donde se encuentran nuestros antepasados lo hace por su propia cuenta y riesgo ya que de seguro te pinchan los cactus y cujies, también existen culebras y ladrones.
         Este cementerio debe declararse Patrimonio Histórico de Paraguaná para ser recuperado en toda su arquitectura original y poder ser visitado no sólo por los descendientes, sino también por interesados en historia, arquitectura y antropología.

Jesús Antonio Sierraalta Otero
Septiembre 2004.

No hay comentarios:

Publicar un comentario