LAS PIEDRAS
En las reuniones familiares siempre está presente en nuestras conversaciones los temas relacionados con Paraguaná, sobre todo la genealogía de los Sierraalta, los cuentos de Pueblo Nuevo, San Antonio y sus vecindades.
En reciente reunión con Toñito Ledezma Sierraalta y Antonio Sierraalta Leañez, recordamos las vivencias en los tiempos vividos en Las Piedras y creo que es justo hacer una breve narración de este pequeño pueblo paraguanero que sin lugar a dudas nos trae muchos recuerdos a toda la familia.
¿Por qué Las Piedras?
Antonio Sierraalta Tellería se muda con su familia desde Pueblo Nuevo y se establece en Las Piedras, quizás por la cercanía con su trabajo en la Aduana de las Piedras por el año de 1939, ya casado en segundas nupcias con Magdalena Osorio Guadarrama, en compañía de sus hijos y por supuesto de Quecha.
A la muerte de mi abuelo Antonio, Magdalena se muda a otra casa y Quecha se queda en esta casa que al correr del tiempo es la casa de Carmen Rosa, Carmen Otilia y Gilberto.
Las Piedras toma tanto auge que en 1932 se construye la iglesia y los aderechados de Cerro Atravesao y Taparo construyen allí sus casas. A finales de los años 40 se puede decir que era un pueblo conocido y próspero, con su puerto, aduana con las petroleras Shell y Creole en pleno apogeo.
Tío Juan y Tío Cayayo se casan y compran casa también en Las Piedras, sin olvidar a Chucho Sierraalta con Olga y sus hijos, a Leonardo Gómez casado con Teresita Osorio y a Luis Galavís con Digna y sus hijos, Luis Reingruber con su esposa e hijo, Angela Ninfa Del Ciervo, entre otros habitantes que trataremos de recordar.
Tía Yoya se casa con Darío Romero y luego de unos años viviendo en Mérida se establecen aquí en las Piedras.
Entonces para este relato voy a transmitir las vivencias de mis primos que vivían allí, así como también los que pasaban vacaciones. Pues esta cuerdita tiene muchos cuentos.
Jesus Antonio Sierraalta Otero
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